Sebastián a los 19 años montó una discoteca exitosa. A los 20 compró su primera propiedad. Hoy con 32 tiene varias propiedades e ingresos pasivos, y muchas fuentes de ingresos. Sus principios de éxito los aprendió de su abuelo. Son sencillos, y le permitieron crear su éxito siendo inmigrante en USA. Sebastián nos cuenta cómo estos principios le ayudaron a convertir una vida ordinaria, en algo extraordinario.
Y lo mejor… el éxito no lo ha cambiado nada.
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